IDENTIDAD INSTITUCIONAL

El IPTK es una entidad privada, de carácter social, sin fines de lucro, independiente del Estado, la iglesia, los partidos políticos, empresas económicas y organizaciones extranjeras. Es un instrumento político-social de liberación porque busca el cambio cualitativo e integral del Sujeto Histórico Boliviano (sociedad o pueblo boliviano en su conjunto) para transformando su actual realidad social, económica, política e ideológica hacia el Vivir Bien, a partir de los enclaves humanos y territoriales en los que interviene directamente (provincia Chayanta, Provincia Linares y la ciudad de Sucre). Esta identidad ideológica institucional resulta de la fusión dialéctica (fortuita y al mismo tiempo necesaria) de tres fundamentos ideológicos que podríamos simbolizar como la sangre, el corazón y el cerebro.

El IPTK es un instrumento político-social de liberación que contribuye al Vivir Bien a través del Servicio, Solución y Cambio.

El IPTK es un instrumento útil y permanente de los pueblos más desfavorecidos para la búsqueda de la transformación.

Trabajar para las personas con mayor índice de pobreza estructural de Bolivia, atendiendo sus necesidades.

Desarrollar capacidades para la solución de sus problemas vivenciales inmediatos del pueblo.

Transformar las realidades más complejas de pobreza, discriminación, exclusión, opresión y violencia.

IDENTIDAD IDEOLÓGICA

SANGRE

En un país tan peculiar y complejo como es Bolivia, el sello invisible del origen étnico es un factor determinante e indeleble. La discriminación social y la exclusión en diferentes campos de la relación humana, sobre todo con bases étnicas, son vectores perversos que destruyen la unidad y definen el desajuste de importantes sectores de la población. En ellas anidan, paradójicamente, la resignación que allana el camino de la opresión, el resentimiento social que puede desembocar en un radicalismo racista, o el “desclasamiento” que convierte al oprimido en simple peón de la desigualdad.

Corazón

Más allá de los ritos, del temor de Dios y la institucionalidad de la religión, el sentido más profundo de nuestra razón de ser institucional y de nuestro compromiso con el prójimo se basa en los valores de un hombre, un líder social y revolucionario que vivió para servir. Asimilamos que vale la pena entregar la vida por el bienestar de la humanidad, que el amor es la esencia de la convivencia social y sólo se manifiesta mediante la entrega total hacia los demás, que la lucha por la justicia social y la dignidad tienen que ser permanentes, que la honestidad y la honradez tienen que ser pilares sólidos acompañando a la solidaridad. Estos valores y principios es algo que la institución conserva como un tesoro sin mácula, lo que determina la calidad de la conducta humana dentro de la institución. Es el corazón que impulsa la circulación de la sangre con la fuerza inconmensurable del mensaje de Cristo.

Cerebro

Fue importante sintetizar el marxismo a lo boliviano, sin dogmas ni dependencias ideológicas, abriendo el horizonte para utilizar la dialéctica como método de interpretación de la realidad social y política de cualquier contexto o hecho social. Descubrir que el conocimiento es apenas un aguijón que intenta penetrar la realidad, sorprendernos que la naturaleza no es sino un gigantesco rompecabezas perfectamente concatenado y que dentro de ella la persona humana es un actor protagónico para su autodestrucción o su liberación, provocó en la institución una tercera revolución interna irreversible, que reforzaron las ansias de aprehender la ciencia de la historia y la dialéctica de la revolución, para formar sujetos de transformación. La teoría marxista permitió a la institución develar la opresión política que reinaba, la marginación estructural y la pobreza crónica y crítica que sufren los campesinos de la provincia Chayanta y en las zonas periurbanas de Sucre. Es el cerebro que nos permite escudriñar, diagnosticar y nos instruye lo que hay que hacer a la luz de la ciencia para la transformación.

Vivir Bien

El Vivir Bien es un fundamento ideológico que se suma al ser del IPTK, siendo el lazo concreto de cómo la institución se identifica con el momento histórico que vive el país. El IPTK hace suyo el postulado del Vivir Bien que acuñó el proceso de cambio, asumiendo que el mismo se convierte en el objeto estratégico central de la sociedad boliviana. Vivir Bien en pocas palabras significa para el IPTK, concentrar todos los esfuerzos y energías del pueblo para lograr una vida digna para todas y todos. El cambio cualitativo del Sujeto Histórico supone para un instrumento social como el IPTK, fijarse como objetivos estratégicos de alcance revolucionario, la transformación dialéctica e integral de la realidad económica, política, social e ideológica del pueblo boliviano. El Vivir Bien expresa ese cambio cualitativo construyendo una nueva realidad social que metafóricamente es construir una balsa de totora que pueda flotar con dignidad y soberanía en el mar agitado del sistema capitalista. Para ello hay que planificar en el orden económico una realidad que asegure de parte del Sujeto el manejo de los recursos naturales y una gestión distributiva que beneficie directamente a toda la sociedad; en el orden jurídico-político construir el nuevo Estado Plurinacional que cumpla funciones directas de servicio a toda la sociedad mediante políticas públicas y gestión pública eficientes; en el orden social, consolidar la composición plurinacional y multicultural como una energía extraordinaria descolonizadora e irreversible; en el orden ideológico, forjar una consciencia crítica constructiva encaminada hacia una revolución del conocimiento.

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